jueves, 13 de diciembre de 2018

No fue casualidad

Hablar contigo, decir que me parecías interesante. Conversar contigo de todo, sin tabúes. Contarnos acerca de las malas experiencias y como salimos de ahí, expresar nuestros temores. El amor que mostrabas al hablar de tu hijo.

Quiero pensar que llegaste a mi vida a enseñarme que puedo recuperar la ilusión, aunque fuese por un tiempo breve. Que allá afuera todavía hay gente admirable. Fue mi decisión dar un paso al lado, pues me di cuenta de que tú y yo no estábamos en la misma sintonía y preferí cuidar lo más valioso que tengo. No puedo decir que no me arrepiento, pues sería mentir. Pero puedo inferir que no fue recíproco.

Perdona si no tuve la valentía de hablarte en forma directa. Siempre evado los conflictos y no quería quedar con un mal recuerdo de ti.

Un abrazo a la distancia. Fuiste una linda "casualidad".

lunes, 26 de noviembre de 2018

Sin Título 2

Me gustaría ser más perra. Ser más fría, calculadora, más mala persona. Me gustaría ser como esas personas que llegan a un lugar y arrasan con la energía de los demás. Pasar a llevar al resto, sin importar las consecuencias.

Me gustaría ser menos cobarde, sentir menos miedo. Jugarme el alma por aquello que quiero para mí. Atreverme a decir y sentir todo lo que cargo en mi cabeza, sin reprimir nada.

Me gustaría no ser tan paciente. Esperar tanto de otros y no exigir lo que sé que merezco ha sido poco beneficioso para mí. Perder la cordura de vez en cuando, sin más.

Hay un problema con esto. Ya no fui así.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Las Princesas y Yo

Alguna vez, siendo muy niña, quise ser princesa.

Por esos años, se estrenaba La Sirenita, La Bella y La Bestia y Aladdin, además se relanzaban clásicos de Disney como La Cenicienta y Blancanieves. En el colegio, nuestros juegos favoritos era ser las princesas que nos mostraban las películas. Bueno, yo no era una de ellas porque "las princesas son bonitas", según palabras de mis compañeras de curso. Claramente, eso me afectó.

Al mirarme al espejo, no cumplía con ningún cánon tradicional de belleza. Nunca me vería como aquellas bellezas ficticias y asi fue que, con siete u ocho años, decidí no seguir a la masa: quise ser grunge. Lo conseguí a ratos.

Siendo adolescente y ad portas de mi graduación, tuve la oportunidad de reivindicarme y sentirme como una princesa, aunque fuera una vez. Mi vestido era largo, vaporoso, todo un sueño, pero nuevamente me hicieron comentarios acerca de que no era "algo para mí" lucir de esa manera.

Con los años, he logrado afirmar mi aprecio a mi imagen corporal, a duras penas. De vez en cuando, siguen los comentarios desubicados acerca de cómo "debería" lucir y cansa un poco escuchar tanta tontera. ¿Odio a las princesas? No, ellas no tienen la culpa de mis experiencias, pero ya no quiero ser parte de ese grupo. Ya cruce esa vereda.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Un sueño

Ella caminaba distraída, pero a paso firme, hasta su destino. Vestida con unas botas altas y largas, un abrigo impermeable y un pañuelo al cuello, nada indicaba lo que pasaba en su cabeza y en el resto de su cuerpo.
Llega a la entrada de un edificio. Anuncia su llegada frente al conserje, quién la mira con una sonrisa traviesa. No es la primera vez que se encuentran y él sospecha de la razón de sus frecuentes visitas. Una vez en el ascensor, mira su reflejo en las paredes brillantes que la rodean y lo aprueba con un destello en sus ojos. Caminando por el pasillo, repasa mentalmente sus encuentros previos y su entrepierna responde al estímulo, humedeciendo su ropa interior. No alcanza a golpear la puerta cuando nota que puede entrar sin dificultad a aquella oficina.
Al ingresar, mientras saca su pañuelo del cuello,  una mano cubre su boca en forma agresiva y comienza a quitarle su abrigo. Debajo de este ella llevaba puesto un delicado corsé negro, hilo dental a tono y medias liga, que la volvían más apetecible a los ojos de aquel hombre. La pone frente a una pared cercana, de espaldas a él, mientras toma su pañuelo y lo pone en la boca de ella mientras susurra en su oído “todavía no”.
Él besa su espalda, mientras sus dedos se abren paso buscando la humedad en su entrepierna. Siente la vulva húmeda e hinchada y un gemido intenso sale de su profunda voz. Juega con sus dedos, siente sus jugos que brotan de ella mientras posa su pene hinchado sobre sus nalgas. Ella intenta gemir, pero la mordaza que lleva en su boca se lo impide. Nuevamente esa voz le dice “todavía no”. El hombre acerca su boca y arranca el trozo de tela que cubre su humedad. Saborea, disfruta del néctar delicioso que emana de ese cuerpo. Su boca, su lengua, sus dedos, todos empapados y ella se siente enloquecer, sin poder manifestar el enorme placer que siente.
Ella permanece de pie, apoyada en el muro mientras comienza a ser penetrada desde atrás. Primero en forma suave, luego aumenta la intensidad, llegando a ser casi violento. Siente la respiración agitada y la voz diciéndole lo mucho que la deseaba, mientras ahoga sus gemidos. Sienten que sus piernas flaquean y él la lleva hasta un escritorio, abre sus piernas y lleva una de ellas hasta su hombro. Nuevamente la penetración, mientras su boca encuentra sus pechos, los muerde y los aprieta, llevándola al borde de la desesperación. Saca la mordaza de su boca y ambos gritan en forma exquisita. El orgasmo no se hace esperar, llegando en forma intensa, estremeciendo sus cuerpos brillantes de sudor, entrecortando su respiración.
Después de unos minutos, ella comienza a vestirse. Él toma su mano, pidiéndole que se quede. Ella se acerca a su rostro y le dice suavemente “todavía no”.




jueves, 4 de octubre de 2018

Cabeza v/s Corazón

No creo ser la única persona que siente un conflicto entre la razón y nuestros sentimientos, pero debo revisar si las decisiones que estoy tomando son las correctas.

Al plantearme nuevas metas, siento que la actitud con la que debo enfrentar esto es completamente cerebral: dejar de lado mi lado emocional, enfocar mis energías en concretar mis compromisos conmigo y, de esta forma, obtener lo que quiero.

Sin embargo, mi corazoncito late y sigue sintiendo cosas, lo que ha llevado a cuestionar todo lo que quiero. Me pasó hace poco e hizo tambalear toda la seguridad adquirida en este tiempo. Mi temor más grande es perder toda la fortaleza ganada por una mala jugada de mi corazón. Y este corazón frágil es lo más valioso que me va quedando.

Sé que en la vida, mantener el equilibrio es importante. En mi caso, lo emocional se vuelve un obstáculo que me impide mantener el foco en lo que es importante para mí, por lo que el equilibrio no me sirve. Como cantaban hace unos años los Babasónicos "tengo que aprender a fingir más, a no mostrar lo que siento".

lunes, 24 de septiembre de 2018

Dejar Partir

Sé cuanto cuesta dejar partir a un ser amado, sobre todo cuando ves que hay dolor y sufrimiento a causa de una enfermedad. Sin embargo, la vida nos puede enseñar a dejar de pensar en uno mismo y soltar.

Cuando nos enteramos que mi papá se le había diagnosticado cáncer pulmonar, fue sin duda un remezón enorme para todos. Desde su diagnóstico hasta su muerte no alcanzaron a pasar dos meses y en ese tiempo recuerdo verlo tranquilo, en paz, siempre ayudando a quien lo necesitara, hasta su último aliento. Hace pocos días conversábamos de esto con mi mamá y ella me contó acerca de un viaje que realizaron ella y mi papá al Santuario de Los Andes. Ambos rezan. Luego, conversando, se dan cuenta que pidieron lo mismo: mi papá estaba listo para morir y solo pedía no sufrir una larga agonía; ella, al escucharlo, siente alivio.

Esta reflexión me llega a propósito de una serie de peticiones de cadenas de oración que he visto en los días recientes por diferentes medios y plataformas. ¿Cual es el fin de esta acción? ¿Qué queremos obtener, un alivio temporal (pero doloroso y sufrido) o se pide por el fin del padecimiento que aquella persona que amamos? En lo personal y lo planteo así debido a mi experiencia, prefiero mil veces evitar extender el dolor de aquel que sufre que mantener con vida a quien no quiere sufrir más. Suena frío pero necesario.

Muchas veces nos refugiamos en como nosotros nos sentimos frente a la posible muerte de un ser querido pero olvidamos el sentir del otro y, sin querer, podemos volvernos egoístas. Y para mí, nos vuelve peores personas.

"La muerte una parte natural de la vida es. Regocíjate por los que te rodean que en La Fuerza se transforman. Llorarlos no debes. Añorarlos tampoco. El apego a los celos conduce. La negra sombra de la codicia es" - Maestro Yoda.

martes, 11 de septiembre de 2018

A mí, de siete años de edad.


Tú y yo tenemos muchas cosas en común: el amor a los libros, a la música, las caminatas  por la ciudad, entre otros detalles. Seguimos siendo la persona que observa en silencio el movimiento de los demás, la que fantasea con mundos fuera de la realidad y los deja escritos en papel. Claro que aun nos cuesta compartir lo que sentimos con las personas que tenemos por afectos y eso nos ha costado momentos de felicidad.

Tal vez no te he dado la vida que a tu edad soñaste y pido perdón por eso, mis errores han sido mayores a mis triunfos o aciertos. Sin embargo, hemos tenido mucha suerte con la gente que nos marca en forma positiva el corazón. A pesar de nuestro carácter arisco, siempre hemos recibido muestras diarias de cariño y amor, incluso nos hemos llevado increíbles sorpresas al respecto.

Mas no todo está perdido. Todavía podemos dar la pelea y cumplir muchos de tus anhelos. Nadie nos dijo que sería sencillo; habrá que sacrificar alguno de nuestros sueños para darle vida a otros. Sé que duele, mi niña, pero creo que es lo mejor para cumplirte. Valdrá la pena pues somos tercas y a porfiadas no nos ha ganado nadie.

Esto es una promesa, casi nunca las hago. Por ti, haré una excepción.

Con inmenso amor.

Yo, de 34 años.

martes, 4 de septiembre de 2018

El Cuaderno Amarillo

Entre todas las cosas que tenía guardadas, Andrés encuentra un cuaderno que en algún momento dio por desechado. Al abrirlo, se encuentra con fotos, cartas y recuerdos que ya le son indiferentes pero no entiende por qué vuelven a él. Lee cada página y solo piensa en cómo pudo ser tan iluso, tan ingenuo e infantil.

Se pregunta que será de ella, si es feliz, si ha logrado los sueños postergados por un imposible. Recuerda también que ella nunca lo dejó caer en los momentos más difíciles de su vida, pero así y todo para él no fue suficiente. Piensa en hacerle llegar ese cuaderno de tapas amarillas mas teme su reacción: con una mujer despechada nunca se sabe, se dijo a modo de consejo.

Entonces hace lo que cree más sensato. Toma unas tijeras y rompe el cuaderno, tratando de no dejar algún rastro de ese pasado que creyó en el olvido. Al botar a la basura los restos, sentía como su pecho comenzaba a sentirse apretado y un nudo en su garganta le dificultaba respirar.

¿En verdad todo aquello ya no le afectaba?

viernes, 31 de agosto de 2018

Qué mierda!

Voy en metro, muy distraída para variar. Se me acerca un conocido que no pensé que volvería a ver. Conversamos cosas por cortesía, nada muy interesante. En una de esas me pregunta en qué estoy.

A grandes rasgos le cuento la gran cantidad de cosas que hago a diario. Me mira con ganas de hacerme una pregunta que ya puedo presentir ¿Y? ¿Estás pololeando? Respondo que no, porque no tengo tiempo para dedicarle a una pareja y además no tengo ganas de tener una relación amorosa ni formal.

Me mira con cara de incredulidad y me dice "¿Por qué no has vuelto a rehacer tu vida?". No tengo idea de qué cara le puse y le lanzo un arsenal de argumentos:

- Trabajo, estudio, practico esgrima histórica, salgo con mis amigos, comparto con mi familia. No tengo tiempo para tener pareja.

- ¿Por qué mierda mi vida funciona o no, dependiendo de una pareja a mí lado?

¿En serio? no puedo creer que la gente piense que necesito estar emparejada para tener plenitud o felicidad en mi vida. Todo lo que hago a diario me otorga grandes satisfacciones, me entrega cosas que refuerzan que el camino elegido es el correcto y me siento cada día mejor conmigo y con mi vida.

Lo repito: la gente es weona y al parecer, a mí se me acerca la peor.

lunes, 27 de agosto de 2018

Adiós


Te faltaron huevos para decirme de frente que tenías a otra mujer en tu vida.
Me miraste a los ojos y me mentiste sin pestañear. Hasta el último momento subestimaste mi inteligencia, repitiendo el guión aprendido "yo nunca te mentí".

Siempre te asustó tener una mujer pensante, con opinión, consecuente con sus ideas. El mejor ejemplo de eso fue la frase "qué sabíh tú". Muchas veces hiciste que me sintiera mal por leer más, escribir más, hasta tener más calle que tú. Hasta lograste que odiara mi cuerpo por ser atractiva para los ojos de los demás. "Levantas una piedra y encuentras con quién cagarme", la frase para el bronce.

Me tenía tan ciega el amor que sentí por ti que, ahora que ha pasado mucho tiempo puedo ver que tú no me amaste. Nunca. No sé qué fui para ti pero tampoco quiero saberlo.

Así y todo, no me arrepiento de lo vivido. Amé en forma honesta, amé con todas mis fuerzas, di lo mejor de mí porque creí que te merecías amor. Ese mismo que muchas veces te fue esquivo. No puedo desearte mal, a pesar del dolor que sentí.

Hace tiempo que me despedí de ti, mas esto lo hago por mí: la paz en mi alma, mis nuevos sueños, la compañía de la soledad, todo me da a entender que este camino me llevará a un gran destino. Soy feliz a mi ritmo, a mi manera. Merezco esta libertad, me gané el derecho de ser feliz.

Ya no estas en mí.

jueves, 23 de agosto de 2018

Yo, Profesora Orgullosa

Desde que tengo memoria que siempre quise ser profesora. En la enseñanza media muchas veces ayuda a mis compañeros de curso con alguna materia que les complicaba y después les iba bien en las pruebas, así que seguir este camino se me dio de forma natural. Mi familia lo entendió sin cuestionar mi decisión y seguí adelante.

Mi trabajo esta lleno de cosas lindas: el cariño genuino que recibo de mis niños, los detalles dulces que iluminan hasta el más gris de mis días, el hecho de entregar mi conocimiento con creatividad y alegría y como ellos esperan por mis clases y se nota en su entusiasmo, en su comportamiento, en su curiosidad por saber más.

Los argumentos más absurdos de quienes buscan ningunear mi trabajo van desde "cualquiera puede hacer clases", "no te dio para más" hasta el horrible "eres nana con título". A ellos les pregunto si en sus trabajos reciben un abrazo diario (a veces, son muchos más), un dibujo hecho pensando en ti, una frase de agradecimiento por enseñarles y por darles cariño.

Para ser profe se necesitan ovarios y huevos. Por supuesto, talento en tu especialidad y carisma. Yo tengo todo eso que a los que critican les falta, pues no me los imagino metidos en sala con 30, 40 niñas y niños, todos diferentes y todos deben aprender de ti.


miércoles, 22 de agosto de 2018

Mi mamá y yo.

Hace pocos días conversando con mi mamá mientras cocinábamos, le pregunté cómo fue tenerme de hija cuando era niña. Lo primero que le digo es que muchas veces he pensado que a ella yo le caía mal porque no era de personalidad muy abierta. Se ríe con ganas y me dice que "todos sus hijos/hijas le caemos mal" (una frase que siempre nos ha dicho y que forma parte del humor familiar).

Después de eso, me cuenta que ella siempre notó que era una niña "de carácter especial", pues toda la vida he sido poco dada a las muestras de afecto físicas. Muchas veces ella y mi papá quisieron abrazarme y hacerme cariño, pero no los dejaba. Solía espantar a la gente hablando con palabras rebuscadas que había aprendido leyendo la enciclopedia Larousse que todavía está en su casa. Cuando no quería que mis hermanos me hablaran, me la pasaba usando el Walkman que me había regalado uno de ellos y el grunge hacía su trabajo de evadirme de la realidad, mientras Julio Verne, Emilio Salgari y Mark Twain llenaban mi cabeza de aventuras.

También era diferente a mis hermanas, en todo el amplio sentido de la palabra. A todas nosotras nos regalaban Barbies: mientras ellas las peinaban, les ponian ropa linda y jugaban tardes enteras, yo les cortaba el pelo, les rompía la ropa y las tiraba al techo de la casa. Mis hermanas siempre estaban de punta en blanco, usaban vestidos con enaguas y calcetines con encaje. Yo peleaba por usar jeans, bototos y camisas a cuadros.

En ese momento, entre las risas y los recuerdos, le pedí disculpas por ser una hija tan webeada y también le agradezco hasta el día de hoy la paciencia y el amor que siempre me ha dado. Ahí nos bajó la emoción a las dos y nos abrazamos.

Amo a mi mamá. Cuando se me vaya, no podré soportarlo.

domingo, 19 de agosto de 2018

Andrógina


*Andrógino(a): Dicho de una personaDe 
rasgos externos que no se corresponden definidamente con los propios de su sexo. (RAE, 2017)


Desde que uso mi pelo muy corto (y apostaría mi cabeza que desde mucho antes), he sido consciente de que tengo un aspecto físico poco acorde a mi género: no soy de rostro delicado ni mi cuerpo es curvilíneo. Muchas veces lo he descrito como un triángulo invertido, algo así como el de los Caballeros del Zodiaco, jajajajajaja. Me gusta eso, que mi cuerpo no siga cánones de belleza tradicional. Por eso tengo mi lado andrógino desarrollado.

Me gusta jugar con mi ropa, mi pelo, mi cara y mi cuerpo. Es divertida la reacción de la gente cuando se dan cuenta de que soy una mujer que, muchas veces, luce masculina. Por lo general se da cuando estoy con ropa deportiva o desarreglada. 

También me encanta el efecto contrario, al lucir mi femeneidad con vestidos, encajes, un poco de piel, destacar mis labios con colores intensos. Si me lo propongo puedo ser una mujer muy interesante, al menos a primera vista.

Ya es parte de las muchas anécdotas cuando preguntan por el motivo de mi corte de cabello o si pienso usarlo largo nuevamente. Muchas veces me han pedido que lo use no tan corto para verme "linda" y "más mujer", olvidando por completo que es mi cabeza y en ella decido yo. Es mi sello distintivo, lo que me hace resaltar y me hace diferente a la masa. Por supuesto, ayuda a mi juego de ver a la gente perder la cabeza tratando de descubrir si soy hombre o mujer. Hace mi vida mucho más entretenida.

lunes, 13 de agosto de 2018

¿Me extrañas?

Suelo extrañar a la gente, extrañar momentos, extrañar lugares. Soy así.

Mucho de lo mencionado anteriormente me ha calado el alma porque siempre, para bien o mal, suelo quedarme con lo bueno de cada cosa. Y eso es otro error.

No quiero decir que no disfrute mi presente: cada minuto que tengo de vida lo vivo y lo siento con intensidad, pero hay episodios de alegría tan fuertes que me quedo ahí, pegada. Cuando estoy en mi rincón oscuro es donde mas me refugio en esa parte de mi memoria.

Lo otro que me pasa es que toda la vida he sido un personaje poco memorable. Las pocas veces que me han dicho "te extraño" o "te echo de menos", lo he sentido más como palabras de cortesía que una muestra genuina de afecto. En cambio, siempre que salen esas palabras de mí, son muy honestas.

¿Tendré que aprender a sentir menos por los demas? ¿Debo bajarle a la intensidad de mi afecto? ¿Volver a reprimir lo que siento?

Definitivamente, algo no hago bien.

domingo, 12 de agosto de 2018

Trato

Tu yo tenemos un trato.

Podemos buscarnos, desearnos, saciar nuestras ansias, dejarnos llevar por las ganas de sentir placer con el cuerpo del otro. Pero no nos pertenecemos.

No es necesario que tomes mi mano cuando nos veamos ni me muestres afecto frente a otros. No necesito un mensaje de cariño ni que te preocupes por mí. Ni siquiera necesito de ti en forma exclusiva, pues ambos somos libres.

Solo pido que, al estar juntos, me hagas olvidar por un momento el caos que existe en mi vida. Que mis encuentros contigo sean el oasis en medio de mi desierto desolador.

Tenemos un trato.

viernes, 10 de agosto de 2018

Sin título

Desde que tengo uso de razón me cuesta establecer relaciones de confianza con las personas. Suelo ser muy arisca, hablo poco y observo. Lo hago siempre: veo como hablan las personas, cómo gesticulan, cómo reaccionan frente a diferentes estímulos o situaciones. Despues de todo el análisis me siento con la capacidad de entregar mi amistad y confianza a una persona. La mayoría de la gente no pasa el examen.

Es en este punto creo que está mi error.

Cuando entrego mi confianza, me ciego por completo. Entrego demasiado de mí. Como soy una mujer que siempre busca el bienestar de todos mis afectos, dejo el alma en cada cosa que hago por ellos y me olvido de mí. Por supuesto que no me ha traído experiencias positivas todo lo que hago, a pesar de que no busco retribución alguna. Entonces siento que doy un paso atrás. Me vuelvo más retraída, más desconfiada.

Debo aprender a medir los afectos que le doy a los demás. Es demasiado y muchas personas no se lo han merecido. Debo ser menos emocional en todo lo que hago y volverme racional. Quien he sido hasta hoy no me ha dado dividendos positivos.

martes, 7 de agosto de 2018

Pecadora

Hoy durante el almuerzo (y mientras mi cabeza cazaba pajaritos, jejejeje), me habló un colega que realiza la asignatura de Religión. Me dijo que a todos los humanos nos gobierna uno de los siete pecados capitales. También me dijo que era importante analizarlo para ser mejores personas.

Reconozco que el veterano me pilló volando bajo, pues me quedé pensando toda la tarde en el tema. Así que haré la reflexión uno a uno de mis pecados.

1.- Soberbia: Durante mi adolescencia fui muy soberbia, mas creo que es como una norma dentro de esa edad.
 El carácter altanero, de "sabérmelas todas", fue fuente de conflicto entre mis padres y yo, sobre todo con mi papá, quién de frentón le parecía mal mi actitud. Por fortuna (o madurez, no lo sé) eso ha mejorado mucho y soy capaz de darme cuenta de que siempre hay un nuevo aprendizaje y que no soy a toda raja como pensé en algún minuto.

2.- Pereza: Mi pecado favorito.
Todo me da flojera. Sí no es necesario hacer las cosas altiro, no las hago. Mi panorama favorito de la vida es estar acostada, viendo películas y comiendo alguna cochinada insalubre pero deliciosa. Detesto con el alma el tener que levantarme temprano para hacer cualquier cosa de las que realizo a diario. Por mí, me movería solo lo justo y necesario.
Eso no significa que sea irresponsable o no cumpla con mis objetivos, todo lo contrario. Solo al comienzo es terrible, pero una vez iniciado todo fluye.

3.- Gula: Otro de mis favoritos.
Disfruto con enorme placer cada bocado que ingresa a mi boca. Lo dulce, lo agrio, lo salado, es una fiesta para mis papilas gustativas. Me encanta probar comidas nuevas, sabores exóticos, aromas fascinantes. Por lo mismo, he aprendido a cocinar. Me doy cuenta de que disfruto el proceso de preparación de la comida hasta el resultado final. Todavía queda mucha comida por probar y estoy lista para tomar el desafío.

4.- Ira: Soy enojona. Tengo malas pulgas, lo sé, pero me dura poquito. Si puedo manifestar mi molestia en el momento, bajo la neura de inmediato y logro calmar mi malestar. No soy rencorosa ni voy por la vida tirando mierda. No me nace.

5.- Envidia: Acá me declaro culpable... Es un bicho verde que me corroe las entrañas. ¡Bicho desgraciado! Pero no logra sacar lo peor de mí. No puedo permitir que me gane. Soy más inteligente que el animalejo ese.

6.- Avaricia: Eeeeehhhhh, no es lo mío. Punto.

7.- Lujuria: Desde que estoy soltera ha sido tema. He pasado de no querer nada en lo sexual hasta estar en llamas, jajajajajajaja. Si me preguntaran si soy caliente, mi respuesta sería "más que la cresta".
Ahora, desconozco si mi desempeño en el acto mismo es bueno o no. Siendo honestos, de puro calientes podemos decir muchas cosas y siempre me ha quedado la duda de que si me dicen la verdad o es solo lo que salga en el momento.
Me gusta tirar, más que contar plata. Dicho en buen chileno, no me hago la weona.


*Bonus ñoño*
Hay una serie de animé llamada Nanatsu No Taizai o Los Siete Pecados Capitales. Es muy entretenida. Si puede, véala.

sábado, 4 de agosto de 2018

Los Celos v/s El Amor

Este es un comportamiento humano que definitivamente no entiendo.

Viví de cerca las consecuencias de los celos. Fue doloroso darme cuenta de cómo puede cagarte la cabeza la inseguridad de otro/a. A mí me hizo mierda la vida. No se lo doy a nadie.

Desde niña aprendí que las personas son acompañantes momentáneos; que la vida de otros no nos pertenece, ya sea padres, hijos, amigos o parejas. Creo que, por lo mismo, observo a las personas sin lograr comprender la naturaleza de este sentimiento.

 El amor honesto es libre, te acompaña, te da alas para hacer tu vida y buscar la felicidad. No te convierte en la sombra del otro, no opaca tu luz ni te manipula. El que ama busca destacar lo hermoso que tenemos dentro, se alegra de nuestra alegría, se enorgullece de nuestros logros y nos impulsa a alcanzar nuestros sueños.

*Después de un rato, pensando*

Es lindo darme cuenta de que tengo mucho amor en mi vida. Lo he tenido siempre. Soy una bendecida.

Iniciativa

En muchas ocasiones, soy impulsiva: si quiero algo, voy y hago todo por obtenerlo.

Con los hombres no ha sido diferente. Siempre he sido quien toma la iniciativa y dice lo que quiere, sin rodeos. La mayoría de las veces que lo he hecho, da resultado positivo. Pero siento que, de no ser por mis impulsos, mi vida amorosa y sexual sería bastante pobre. Y ahora que se me ocurrió darle una oportunidad a los hombres de ser quienes se acerquen e inicien el cortejo, solo hay... Nada.

Soy torpe en el ítem "cortejo amoroso" pues no sé coquetear. Juro que no he intentado pero siento que no soy yo, me da risa, me enredo y el fracaso llega. Por eso me es sencillo decirle a un hombre cuanto me gusta. (Acá hay otro tema para escribir, para mí que alguien nos atraiga no significa mucho).

A lo largo de mis años, muchas personas e indiferente de su género, han cuestionado mi modus operandi, principalmente porque todavía se pretende que una mujer espere que el "hombre cazador, macho pecho peludo" tome la iniciativa y la verdad no estoy dispuesta a esperar tanto a satisfacer una necesidad tan básica como un buen polvo. Me parece que he de volver al ruedo, por último para bajar la temperatura.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Lecciones de desamor

- El amor dura lo que tiene que durar. Siempre soñé con una relación de pareja como la que tuvieron mis padres, quiénes  hasta el último día de vida de mi papá se demostraron el inmenso amor que entre ellos existía. Pero me di cuenta de que ellos son la excepción, no la regla.

- Se puede decir "te amo", mirando a las personas directo a los ojos y no sentir lo que se dice.

- Cuando uno está enamorado, se ciega. Nos volvemos incapaces de ver lo malo en quien elegimos como compañero/a y si, en algún momento logramos ver algo de eso, nos creemos lo suficientemente buenos para hacer que el otro cambie. Nadie cambia por un tercero.

- Existen hombres que confunden la calentura con el amor y existimos mujeres que sabemos reconocer que no son lo mismo y disfrutar de un polvo sin enamorarnos.

- No debo dedicar mis canciones favoritas a alguna pareja. No se las merece NADIE.

Visto desde afuera, suena muy despechado todo lo escrito, pero es lo que he sentido y no me hago la tonta con mis sentimientos, mas debo volver a bloquearlos hasta cerrar cómo es debido, cada herida de mi corazoncito. Por mientras...

"Por motivos de seguridad, este corazón queda temporalmente bloqueado".

lunes, 30 de julio de 2018

Talasofobia

Con un peso que presiona el pecho, impidiendo respirar con normalidad. Sumergida en aguas que dificultan la visibilidad y temo aquello que no puedo ver pero sé que existe.
Sacudo mis brazos, tratando de llegar a la superficie pero los siento pesados, cansados. Pienso en dejar de forzar la salida y solo hundirme.
Siento una fuerza que me empuja. Lucho por soltarme, solo quiero escapar. Me aprisiona e impide moverme. Grito. El agua entra por mi boca, mi nariz lleva el líquido hasta mis pulmones. Siento poco a poco que el alma me abandona y mi cuerpo no puede pelear más.

viernes, 27 de julio de 2018

Ella*


Ángel y demonio, en una sola mujer
Ella es fantasía, ensueño, cálido resplandor.

Tentación para aquellos de corazón noble y su perdición a la vez.
Su mirada debilita al más fuerte, su cuerpo enloquece al más racional.

Ella no se queda, no existe bajo la luz del sol. Solo su silueta se puede distinguir entre las sombras.

Etérea ninfa, hija de Eros; transforma su identidad para no ser atrapada en la trampa de Ágape. Corazón sin dueño, corazón sin sueños.

Arráncame el alma del cuerpo, comparte conmigo tus alas. Llévame contigo y dame tu libertad.
Déjame ser tu compañera de viaje, alimenta mi instinto, despierta mis sentidos, duerme mis latidos.


*Inspirada en la canción Ariel de Richie Blackmore's Rainbow.

miércoles, 25 de julio de 2018

Historias de Metro

N°1: Un sábado de mayo, iba camino a entrenar. Había tenido una semana agotadora y era temprano así que no me acompañaba mi mejor cara. Un flaco con cara de venir llegando del carrete me mira fijamente, durante mucho rato; entre la música que escuchaba y mi sueño, decidí no tomarlo en cuenta.

Se acerca de a poco y me pongo nerviosa. Me hace señas para que me saque los audífonos y me dijo algo así:

"Oye, al principio pensé que eras hombre, pero un hombre 'encachao'. Después me di cuenta de que eres mujer y eres muy bonita y es inquietante que me gustes tanto de hombre como de mujer..."

En ese punto, agradecí llegar a mi estación de destino y bajarme para no seguir escuchando. Hasta hoy, me acuerdo y me dan escalofríos.

N°2: Esto pasó hoy.

Tomo el metro para volver a mi casa, me voy al final del carro para no molestar a la gente que baja y sube. Se me acerca una mujer, más o menos de mi edad y el diálogo fue algo así:

Ella: Disculpa, quiero preguntarte una cosita.
Yo: Dígame.
Ella: ¿Siempre te vistes así?
Yo: ¿Así, cómo?
Ella: ¡Así po! De negro. ¿Eres gótica, te crees qué?
(En este momento me entró el demonio, pero traté de no ser maleducada)
Yo: ¿Usted conoce a Johnny Cash?
Ella: No...
Yo: Le cuento. Johnny Cash era un cantante de country, conocido como el "hombre de negro", supongo que entenderá por qué. Y estoy segura de que a él no le preguntaban huevadas.

Ella me mira, se pone roja y se aleja de mí. Yo suspiro y me pregunto si acaso tengo un imán para que me pasen este tipo de cosas. Hay muchas historias más.


lunes, 23 de julio de 2018

Demasiado bueno para ser real

Un clásico de mi vida.

Cuando la vida (Dios, Alá, La Pachamama, cómo quiera decirle) pone algo bueno en mi camino, ya sea un trabajo, una oportunidad de crecimiento o personas buenas; que sé que harán un aporte positivo en mí, arranco. Los saco de mi radar, renuncio a aquellos que probablemente me ayuden a ser mejor persona y a ser feliz.

¿Por qué saboteo lo bueno de mi vida? Porque por mucho tiempo he creído que no lo merezco. He cometido un par de errores en mi pasado que siento que falta por pagar y por eso no debo dejarme llevar por lo bello que llega a mí, ya sea en forma de personas u oportunidades.

Tengo conciencia de que tal vez, no es correcto lo que hago pero debo ayudar al karma. Debo pagar para después encontrar la redención.


domingo, 22 de julio de 2018

En mi cabeza

Despues de una crisis o un momento dificil, siempre es sano darse un tiempo para uno. La reflexión acerca de las cosas que debemos mejorar para llevar una vida más saludable tanto en lo físico como en lo emociona,  es necesaria.

Para una persona como yo, de personalidad introvertida, casi invisible, la soledad es algo que se busca casi a diario. Puedo estar rodeada de gente a la que quiero muchísimo, pero me siento más cómoda estando sola. Esto ha sido un tema complejo de manejar para mi familia o gente cercana porque suelen creer que no los quiero o me molesta compartir y disfrutar de su compañía: nada más alejado de la realidad, solo que tengo la fortuna de que los demonios que habitan en mi cabeza y yo nos llevamos muy bien.

Eso no quiere decir que en el último tiempo no he necesitado contención y apoyo emocional (un abracito no le hace mal a nadie), pero me da por pensar que la gente ya tiene suficientes problemas propios como para que se preocupen por los míos. Y es así como me voy guardando todo, luego exploto (casi siempre en un mal momento) y vuelvo al inicio.

Maldición! Acabo de darme cuenta de que no sé cómo cortar ese círculo vicioso. No me hace bien, tampoco se qué hacer para detenerlo.

lunes, 16 de julio de 2018

El Espejo y Yo

Me gusta lo que veo ahí: mis ojos y piel oscuros, mis labios gruesos, mi cuerpo.

Me considero una mujer bonita, pero fuera de los cánones de belleza tradicional: No hay cabello largo o con tintes y las canas ya se apoderan de mi cabeza; si bien es cierto que no tengo un cuerpo curvilíneo, es bonito y cuido mucho de él. Mi cara no tiene rasgos delicados pero ellos me dan la identidad que no todos tienen y me unen a mis ancestros, sintiendo orgullo de ellos.

Sentirme cómoda en mi propia piel no ha sido fácil. Puedo decir con certeza que mi mejor momento en el aspecto físico fue hace 15 años, pero me faltaba seguridad. Ahora, y consciente de que soy imperfecta y la gravedad ha hecho su trabajo, siento que soy más atractiva, me gusto mucho. Me gustaría saber si esto, de alguna manera se refleja en forma externa.

A mis 34 años puedo decir que estoy bien rica y que, como el buen vino, he mejorado con el tiempo.


A mi corazón

Algún día, volverás a soñar.

Latirás con fuerza, abrirás tus alas y subirás hasta el cielo. Dejarás atrás aquellos momentos dolorosos y te llenarás de luz; una luz nueva, que llenará cada rincón de tu mundo.

Encontrarás calma, dicha y recuperarás la ilusión, aquella que perdiste y temes volver a sentir. El miedo que te invade ya no estará saboteando tu felicidad. Te dejarás llevar por cada latido fuerte que salga de ti, romperás cada muro construido y saldrás victorioso.

Hoy darás cada paso, uno a la vez. Sin prisas. Hay paisajes, momentos en tu vida que debes disfrutar. No será sencillo pero tendrás tu recompensa. Cada día será un nuevo comienzo. Vive hoy, aquí y ahora.

Algún día, volverás a soñar.

domingo, 8 de julio de 2018

La sensualidad (o su no existencia)

Veo comentarios en redes sociales, entre la gente que conozco y los escucho atentamente, pero no logro entender el concepto ¿Qué es ser sensual? ¿Qué debe tener una persona para ser considerada así?

A veces pienso que tiene que ver con mostrar piel. Mientras más desnudo se muestra un hombre o una mujer, más sensual se le considera. Otras veces siento que tiene que ver con la proyección de seguridad de la persona. Pero, siendo franca, no entiendo qué es.

Tal vez esto tiene relación con que esa palabra y mi persona no van de la mano. Nunca me he sentido sensual o me han dicho que lo soy (¡una penita!) Y creo que por ahí va el tema.

Para usted, ¿Qué es la sensualidad?

domingo, 11 de marzo de 2018

Hey, Yisus! Tenemos Que Hablar

Querido Yisus:             

Ambos sabemos que, en los últimos meses, he tenido paz y tranquilidad en mi corazoncito y en mi cabeza. Esa paz que ha costado mantener, me la merezco, eso lo sabes tan bien como yo.

Últimamente he sentido que tienes ganas de jugar conmigo. Eso no está bien.

Hace un tiempo, pusiste en mi camino algo que sabías que lo querría para mí. Me conoces muy bien. El problema es que también sabes que es inalcanzable y eso es lo que me tiene molesta contigo. Dos veces me has hecho esta travesura y las dos veces he tenido que apartar de mi vida para evitar malos ratos. Pero ya es una tercera y no me estas ayudando. Hice de todo para sacarlo de mi radar y hasta he bajado el nivel de obsesión. Como sabes, cuando quiero algo para mí, mi lado obsesivo sale a flote pero es completamente controlable. Pero tú no ayudas.

Mira Flaco Inri, es importante para mí que te dejes de tonteras y me ayudes a mantener mi corazón y mi alma como hasta ahora han estado. Porfa, coopera conmigo. No creo ser una mala persona o alguien a quien molestar a propósito. Sabes que mi corazón en frágil y no sé cuanto sea capaz de resistir. Dame un respiro, Yisus.

Ahora, si te pones en plan "hueviemos", te voy a acusar con tu papá, a ver si el Pulento hace que entres en razón. Y me urge que lo hagas.