miércoles, 25 de agosto de 2021

La Lluvia

 No sé qué tiene la lluvia, pero "me prende". Será el sonido del agua al caer o el frío que invita a buscar calor, no lo tengo claro (no quiero ni pensar cómo sería si viviese en un lugar lluvioso), pero el clima despierta mi imaginación. Dejaré una fantasía que servirá de ejemplo.

"Llego a tu casa, empapada después de caminar bajo la lluvia. Me recibes con un abrazo cálido. Me ofreces tu ducha y ropa limpia para evitarme un resfriado. Al terminar de bañarme, me pongo un buzo y una camiseta que me quedan un poco grandes, veo la chimenea encendida y me acerco a ella. El suelo cubierto de una alfombra mullida permite que mis pies estén solo con calcetines sin problemas... el fuego me tiene hipnotizada.

Te acercas desde la cocina con una botella de vino, un par de copas y cositas varias para comer. Enciendes la música y conversamos de lo humano, lo divino, con muchas risas de por medio. El vino ayuda a relajar la tensión que se siente en el aire. Me doy cuenta que te quedas mirando como mis pezones se notan firmes bajo la camiseta (tu camiseta) que llevo puesta. Veo tus ojos, con un brillo travieso que se asoma en ellos; tus labios, que besaría y mordería sin piedad, bebiendo ese vino que enrojece tus mejillas. Llevas puesto una camisa a cuadros en tonos azules y un par de jeans que me muero por desabotonar. 

Mientras paseo por mis pensamientos, suena de fondo Samba Pa' Ti de Santana y esa fue la señal que necesitaba. Sin pensarlo, me acerco a ti y te beso lentamente. Siento alivio al notar que fue bien recibido. La ropa estorba, las manos desesperadas y la chimenea que sirve de telón de fondo para los gemidos, el placer. Sobre la alfombra, después del éxtasis, sorpresivamente siento que me abrazas y solo quiero que esta sensación dure por mucho rato" 

martes, 3 de agosto de 2021

Cursi

 Creo que la edad tiene mucha relación con lo que me pasa, pero ando tan cursi por la vida.

Sentimental, como romanticona, amoroooooosa! No me reconozco. Pero tampoco me molesta.

Cuando era más niña, siempre me fue complejo el tema de mostrarme afectuosa. Era señal de debilidad. Y las pocas veces en donde me sentí cómoda teniendo gestos de ternura o cariño ¡paff! No fue a las personas adecuadas. A estas altura, ya me da lo mismo si la gente se merece o no mis muestras cursis; soy feliz dando cariño.

Ah! Lo cursi también lo he notado en mi forma de hablar ("mi niña", "cariño", "guagua", entre varias palabras que no formaban parte de mi lenguaje cotidiano). Cuando fui consciente de esto, fue chistoso y lo siento como algo natural en mí. Surge y fluye. Todo bien.

Lo más probable es que la pandemia haya sido de influencia en este tipo de conducta (como en muchas cosas en los últimos 18 meses aprox.) y está bien ponerse en ese plano, con la gente que a una le nace ser de esa forma. Ni idea si esto es algo temporal o se volverá permanente, pero se siente bonito.