No sé qué tiene la lluvia, pero "me prende". Será el sonido del agua al caer o el frío que invita a buscar calor, no lo tengo claro (no quiero ni pensar cómo sería si viviese en un lugar lluvioso), pero el clima despierta mi imaginación. Dejaré una fantasía que servirá de ejemplo.
"Llego a tu casa, empapada después de caminar bajo la lluvia. Me recibes con un abrazo cálido. Me ofreces tu ducha y ropa limpia para evitarme un resfriado. Al terminar de bañarme, me pongo un buzo y una camiseta que me quedan un poco grandes, veo la chimenea encendida y me acerco a ella. El suelo cubierto de una alfombra mullida permite que mis pies estén solo con calcetines sin problemas... el fuego me tiene hipnotizada.
Te acercas desde la cocina con una botella de vino, un par de copas y cositas varias para comer. Enciendes la música y conversamos de lo humano, lo divino, con muchas risas de por medio. El vino ayuda a relajar la tensión que se siente en el aire. Me doy cuenta que te quedas mirando como mis pezones se notan firmes bajo la camiseta (tu camiseta) que llevo puesta. Veo tus ojos, con un brillo travieso que se asoma en ellos; tus labios, que besaría y mordería sin piedad, bebiendo ese vino que enrojece tus mejillas. Llevas puesto una camisa a cuadros en tonos azules y un par de jeans que me muero por desabotonar.
Mientras paseo por mis pensamientos, suena de fondo Samba Pa' Ti de Santana y esa fue la señal que necesitaba. Sin pensarlo, me acerco a ti y te beso lentamente. Siento alivio al notar que fue bien recibido. La ropa estorba, las manos desesperadas y la chimenea que sirve de telón de fondo para los gemidos, el placer. Sobre la alfombra, después del éxtasis, sorpresivamente siento que me abrazas y solo quiero que esta sensación dure por mucho rato"