martes, 21 de febrero de 2023

Precaución

 Tener cuidado al mirarte en público, que no te note lo que me provocas. Esconder el entusiasmo de verte, de saber y sentirte cerca. Cuidar las ganas de correr hacia ti, manteniendo el control.

 Cuidar los abrazos para no dar más de lo necesario. Medido y analizado. No muy cerca, que no notes el temblor de mi cuerpo; ni tan lejos, que no seas alguien más a quién saludar.

 Tener cuidado al besarte, al acariciarte, limitando el sentir. Que no se me escape un suspiro imprudente en medio de un beso y que eso despierte la huida.

 Cuidar lo que te doy en el sexo, que el deseo no se convierta en afecto. Ni un beso de más, ni una caricia extra. Dar lo mismo que recibo de ti. 

 Cuidar mi corazón, de entregar lo que no debo a quién no lo ha pedido. Disfrutar del error mientras llega lo correcto.

domingo, 12 de febrero de 2023

Marcar Territorio

 Carla llevaba un par de meses en el call center. Después de mucho tiempo, había encontrado trabajo en un buen lugar, con un ambiente relajado y un grupo variopinto de compañeras y compañeros. Por su entusiasmo, ella siempre le contaba su día a día a Cristian, su pololo de años. Al principio, él no prestaba mucha atención a los relatos de Carla, hasta que escuchó un par de nombres masculinos que le encendieron un par de alertas, mientras que a ella le eran parte de las anécdotas del día a día.

 Cristian empezó a escuchar las historias que le contaba su polola, buscando alguna inflexión de voz diferente o un brillo en sus ojos que alimentara su desconfianza. Sin embargo, solo encontraba historias de llamadas insólitas, clientes insolentes o coqueteos entre otras personas y Carla era una curiosa espectadora. Para él había algo más, algo que todavía no podía descifrar y que solo estaba en su cabeza.

 Una tarde, mientras Carla salía en grupo de su trabajo, ve a Cristian en la calle, con un arreglo floral enorme, un conejo de peluche y una caja de bombones. Para ella y quienes le acompañaban, era un gesto romántico de un hombre enamorado. Apenas ella se le acerca, le besa y agradece el gesto; él, sin mirarla y un tono seco en su voz, solo le dice "ya, vámonos". Tiempo después, Carla se da cuenta que ese día, Cristian hizo un gesto para marcar terreno y dejar de manifiesto su presencia. Desde entonces, agradece que sus parejas posteriores no hicieran esos gestos para "expresar" sus sentimientos.