viernes, 31 de agosto de 2018

Qué mierda!

Voy en metro, muy distraída para variar. Se me acerca un conocido que no pensé que volvería a ver. Conversamos cosas por cortesía, nada muy interesante. En una de esas me pregunta en qué estoy.

A grandes rasgos le cuento la gran cantidad de cosas que hago a diario. Me mira con ganas de hacerme una pregunta que ya puedo presentir ¿Y? ¿Estás pololeando? Respondo que no, porque no tengo tiempo para dedicarle a una pareja y además no tengo ganas de tener una relación amorosa ni formal.

Me mira con cara de incredulidad y me dice "¿Por qué no has vuelto a rehacer tu vida?". No tengo idea de qué cara le puse y le lanzo un arsenal de argumentos:

- Trabajo, estudio, practico esgrima histórica, salgo con mis amigos, comparto con mi familia. No tengo tiempo para tener pareja.

- ¿Por qué mierda mi vida funciona o no, dependiendo de una pareja a mí lado?

¿En serio? no puedo creer que la gente piense que necesito estar emparejada para tener plenitud o felicidad en mi vida. Todo lo que hago a diario me otorga grandes satisfacciones, me entrega cosas que refuerzan que el camino elegido es el correcto y me siento cada día mejor conmigo y con mi vida.

Lo repito: la gente es weona y al parecer, a mí se me acerca la peor.

lunes, 27 de agosto de 2018

Adiós


Te faltaron huevos para decirme de frente que tenías a otra mujer en tu vida.
Me miraste a los ojos y me mentiste sin pestañear. Hasta el último momento subestimaste mi inteligencia, repitiendo el guión aprendido "yo nunca te mentí".

Siempre te asustó tener una mujer pensante, con opinión, consecuente con sus ideas. El mejor ejemplo de eso fue la frase "qué sabíh tú". Muchas veces hiciste que me sintiera mal por leer más, escribir más, hasta tener más calle que tú. Hasta lograste que odiara mi cuerpo por ser atractiva para los ojos de los demás. "Levantas una piedra y encuentras con quién cagarme", la frase para el bronce.

Me tenía tan ciega el amor que sentí por ti que, ahora que ha pasado mucho tiempo puedo ver que tú no me amaste. Nunca. No sé qué fui para ti pero tampoco quiero saberlo.

Así y todo, no me arrepiento de lo vivido. Amé en forma honesta, amé con todas mis fuerzas, di lo mejor de mí porque creí que te merecías amor. Ese mismo que muchas veces te fue esquivo. No puedo desearte mal, a pesar del dolor que sentí.

Hace tiempo que me despedí de ti, mas esto lo hago por mí: la paz en mi alma, mis nuevos sueños, la compañía de la soledad, todo me da a entender que este camino me llevará a un gran destino. Soy feliz a mi ritmo, a mi manera. Merezco esta libertad, me gané el derecho de ser feliz.

Ya no estas en mí.

jueves, 23 de agosto de 2018

Yo, Profesora Orgullosa

Desde que tengo memoria que siempre quise ser profesora. En la enseñanza media muchas veces ayuda a mis compañeros de curso con alguna materia que les complicaba y después les iba bien en las pruebas, así que seguir este camino se me dio de forma natural. Mi familia lo entendió sin cuestionar mi decisión y seguí adelante.

Mi trabajo esta lleno de cosas lindas: el cariño genuino que recibo de mis niños, los detalles dulces que iluminan hasta el más gris de mis días, el hecho de entregar mi conocimiento con creatividad y alegría y como ellos esperan por mis clases y se nota en su entusiasmo, en su comportamiento, en su curiosidad por saber más.

Los argumentos más absurdos de quienes buscan ningunear mi trabajo van desde "cualquiera puede hacer clases", "no te dio para más" hasta el horrible "eres nana con título". A ellos les pregunto si en sus trabajos reciben un abrazo diario (a veces, son muchos más), un dibujo hecho pensando en ti, una frase de agradecimiento por enseñarles y por darles cariño.

Para ser profe se necesitan ovarios y huevos. Por supuesto, talento en tu especialidad y carisma. Yo tengo todo eso que a los que critican les falta, pues no me los imagino metidos en sala con 30, 40 niñas y niños, todos diferentes y todos deben aprender de ti.


miércoles, 22 de agosto de 2018

Mi mamá y yo.

Hace pocos días conversando con mi mamá mientras cocinábamos, le pregunté cómo fue tenerme de hija cuando era niña. Lo primero que le digo es que muchas veces he pensado que a ella yo le caía mal porque no era de personalidad muy abierta. Se ríe con ganas y me dice que "todos sus hijos/hijas le caemos mal" (una frase que siempre nos ha dicho y que forma parte del humor familiar).

Después de eso, me cuenta que ella siempre notó que era una niña "de carácter especial", pues toda la vida he sido poco dada a las muestras de afecto físicas. Muchas veces ella y mi papá quisieron abrazarme y hacerme cariño, pero no los dejaba. Solía espantar a la gente hablando con palabras rebuscadas que había aprendido leyendo la enciclopedia Larousse que todavía está en su casa. Cuando no quería que mis hermanos me hablaran, me la pasaba usando el Walkman que me había regalado uno de ellos y el grunge hacía su trabajo de evadirme de la realidad, mientras Julio Verne, Emilio Salgari y Mark Twain llenaban mi cabeza de aventuras.

También era diferente a mis hermanas, en todo el amplio sentido de la palabra. A todas nosotras nos regalaban Barbies: mientras ellas las peinaban, les ponian ropa linda y jugaban tardes enteras, yo les cortaba el pelo, les rompía la ropa y las tiraba al techo de la casa. Mis hermanas siempre estaban de punta en blanco, usaban vestidos con enaguas y calcetines con encaje. Yo peleaba por usar jeans, bototos y camisas a cuadros.

En ese momento, entre las risas y los recuerdos, le pedí disculpas por ser una hija tan webeada y también le agradezco hasta el día de hoy la paciencia y el amor que siempre me ha dado. Ahí nos bajó la emoción a las dos y nos abrazamos.

Amo a mi mamá. Cuando se me vaya, no podré soportarlo.

domingo, 19 de agosto de 2018

Andrógina


*Andrógino(a): Dicho de una personaDe 
rasgos externos que no se corresponden definidamente con los propios de su sexo. (RAE, 2017)


Desde que uso mi pelo muy corto (y apostaría mi cabeza que desde mucho antes), he sido consciente de que tengo un aspecto físico poco acorde a mi género: no soy de rostro delicado ni mi cuerpo es curvilíneo. Muchas veces lo he descrito como un triángulo invertido, algo así como el de los Caballeros del Zodiaco, jajajajajaja. Me gusta eso, que mi cuerpo no siga cánones de belleza tradicional. Por eso tengo mi lado andrógino desarrollado.

Me gusta jugar con mi ropa, mi pelo, mi cara y mi cuerpo. Es divertida la reacción de la gente cuando se dan cuenta de que soy una mujer que, muchas veces, luce masculina. Por lo general se da cuando estoy con ropa deportiva o desarreglada. 

También me encanta el efecto contrario, al lucir mi femeneidad con vestidos, encajes, un poco de piel, destacar mis labios con colores intensos. Si me lo propongo puedo ser una mujer muy interesante, al menos a primera vista.

Ya es parte de las muchas anécdotas cuando preguntan por el motivo de mi corte de cabello o si pienso usarlo largo nuevamente. Muchas veces me han pedido que lo use no tan corto para verme "linda" y "más mujer", olvidando por completo que es mi cabeza y en ella decido yo. Es mi sello distintivo, lo que me hace resaltar y me hace diferente a la masa. Por supuesto, ayuda a mi juego de ver a la gente perder la cabeza tratando de descubrir si soy hombre o mujer. Hace mi vida mucho más entretenida.

lunes, 13 de agosto de 2018

¿Me extrañas?

Suelo extrañar a la gente, extrañar momentos, extrañar lugares. Soy así.

Mucho de lo mencionado anteriormente me ha calado el alma porque siempre, para bien o mal, suelo quedarme con lo bueno de cada cosa. Y eso es otro error.

No quiero decir que no disfrute mi presente: cada minuto que tengo de vida lo vivo y lo siento con intensidad, pero hay episodios de alegría tan fuertes que me quedo ahí, pegada. Cuando estoy en mi rincón oscuro es donde mas me refugio en esa parte de mi memoria.

Lo otro que me pasa es que toda la vida he sido un personaje poco memorable. Las pocas veces que me han dicho "te extraño" o "te echo de menos", lo he sentido más como palabras de cortesía que una muestra genuina de afecto. En cambio, siempre que salen esas palabras de mí, son muy honestas.

¿Tendré que aprender a sentir menos por los demas? ¿Debo bajarle a la intensidad de mi afecto? ¿Volver a reprimir lo que siento?

Definitivamente, algo no hago bien.

domingo, 12 de agosto de 2018

Trato

Tu yo tenemos un trato.

Podemos buscarnos, desearnos, saciar nuestras ansias, dejarnos llevar por las ganas de sentir placer con el cuerpo del otro. Pero no nos pertenecemos.

No es necesario que tomes mi mano cuando nos veamos ni me muestres afecto frente a otros. No necesito un mensaje de cariño ni que te preocupes por mí. Ni siquiera necesito de ti en forma exclusiva, pues ambos somos libres.

Solo pido que, al estar juntos, me hagas olvidar por un momento el caos que existe en mi vida. Que mis encuentros contigo sean el oasis en medio de mi desierto desolador.

Tenemos un trato.

viernes, 10 de agosto de 2018

Sin título

Desde que tengo uso de razón me cuesta establecer relaciones de confianza con las personas. Suelo ser muy arisca, hablo poco y observo. Lo hago siempre: veo como hablan las personas, cómo gesticulan, cómo reaccionan frente a diferentes estímulos o situaciones. Despues de todo el análisis me siento con la capacidad de entregar mi amistad y confianza a una persona. La mayoría de la gente no pasa el examen.

Es en este punto creo que está mi error.

Cuando entrego mi confianza, me ciego por completo. Entrego demasiado de mí. Como soy una mujer que siempre busca el bienestar de todos mis afectos, dejo el alma en cada cosa que hago por ellos y me olvido de mí. Por supuesto que no me ha traído experiencias positivas todo lo que hago, a pesar de que no busco retribución alguna. Entonces siento que doy un paso atrás. Me vuelvo más retraída, más desconfiada.

Debo aprender a medir los afectos que le doy a los demás. Es demasiado y muchas personas no se lo han merecido. Debo ser menos emocional en todo lo que hago y volverme racional. Quien he sido hasta hoy no me ha dado dividendos positivos.

martes, 7 de agosto de 2018

Pecadora

Hoy durante el almuerzo (y mientras mi cabeza cazaba pajaritos, jejejeje), me habló un colega que realiza la asignatura de Religión. Me dijo que a todos los humanos nos gobierna uno de los siete pecados capitales. También me dijo que era importante analizarlo para ser mejores personas.

Reconozco que el veterano me pilló volando bajo, pues me quedé pensando toda la tarde en el tema. Así que haré la reflexión uno a uno de mis pecados.

1.- Soberbia: Durante mi adolescencia fui muy soberbia, mas creo que es como una norma dentro de esa edad.
 El carácter altanero, de "sabérmelas todas", fue fuente de conflicto entre mis padres y yo, sobre todo con mi papá, quién de frentón le parecía mal mi actitud. Por fortuna (o madurez, no lo sé) eso ha mejorado mucho y soy capaz de darme cuenta de que siempre hay un nuevo aprendizaje y que no soy a toda raja como pensé en algún minuto.

2.- Pereza: Mi pecado favorito.
Todo me da flojera. Sí no es necesario hacer las cosas altiro, no las hago. Mi panorama favorito de la vida es estar acostada, viendo películas y comiendo alguna cochinada insalubre pero deliciosa. Detesto con el alma el tener que levantarme temprano para hacer cualquier cosa de las que realizo a diario. Por mí, me movería solo lo justo y necesario.
Eso no significa que sea irresponsable o no cumpla con mis objetivos, todo lo contrario. Solo al comienzo es terrible, pero una vez iniciado todo fluye.

3.- Gula: Otro de mis favoritos.
Disfruto con enorme placer cada bocado que ingresa a mi boca. Lo dulce, lo agrio, lo salado, es una fiesta para mis papilas gustativas. Me encanta probar comidas nuevas, sabores exóticos, aromas fascinantes. Por lo mismo, he aprendido a cocinar. Me doy cuenta de que disfruto el proceso de preparación de la comida hasta el resultado final. Todavía queda mucha comida por probar y estoy lista para tomar el desafío.

4.- Ira: Soy enojona. Tengo malas pulgas, lo sé, pero me dura poquito. Si puedo manifestar mi molestia en el momento, bajo la neura de inmediato y logro calmar mi malestar. No soy rencorosa ni voy por la vida tirando mierda. No me nace.

5.- Envidia: Acá me declaro culpable... Es un bicho verde que me corroe las entrañas. ¡Bicho desgraciado! Pero no logra sacar lo peor de mí. No puedo permitir que me gane. Soy más inteligente que el animalejo ese.

6.- Avaricia: Eeeeehhhhh, no es lo mío. Punto.

7.- Lujuria: Desde que estoy soltera ha sido tema. He pasado de no querer nada en lo sexual hasta estar en llamas, jajajajajajaja. Si me preguntaran si soy caliente, mi respuesta sería "más que la cresta".
Ahora, desconozco si mi desempeño en el acto mismo es bueno o no. Siendo honestos, de puro calientes podemos decir muchas cosas y siempre me ha quedado la duda de que si me dicen la verdad o es solo lo que salga en el momento.
Me gusta tirar, más que contar plata. Dicho en buen chileno, no me hago la weona.


*Bonus ñoño*
Hay una serie de animé llamada Nanatsu No Taizai o Los Siete Pecados Capitales. Es muy entretenida. Si puede, véala.

sábado, 4 de agosto de 2018

Los Celos v/s El Amor

Este es un comportamiento humano que definitivamente no entiendo.

Viví de cerca las consecuencias de los celos. Fue doloroso darme cuenta de cómo puede cagarte la cabeza la inseguridad de otro/a. A mí me hizo mierda la vida. No se lo doy a nadie.

Desde niña aprendí que las personas son acompañantes momentáneos; que la vida de otros no nos pertenece, ya sea padres, hijos, amigos o parejas. Creo que, por lo mismo, observo a las personas sin lograr comprender la naturaleza de este sentimiento.

 El amor honesto es libre, te acompaña, te da alas para hacer tu vida y buscar la felicidad. No te convierte en la sombra del otro, no opaca tu luz ni te manipula. El que ama busca destacar lo hermoso que tenemos dentro, se alegra de nuestra alegría, se enorgullece de nuestros logros y nos impulsa a alcanzar nuestros sueños.

*Después de un rato, pensando*

Es lindo darme cuenta de que tengo mucho amor en mi vida. Lo he tenido siempre. Soy una bendecida.

Iniciativa

En muchas ocasiones, soy impulsiva: si quiero algo, voy y hago todo por obtenerlo.

Con los hombres no ha sido diferente. Siempre he sido quien toma la iniciativa y dice lo que quiere, sin rodeos. La mayoría de las veces que lo he hecho, da resultado positivo. Pero siento que, de no ser por mis impulsos, mi vida amorosa y sexual sería bastante pobre. Y ahora que se me ocurrió darle una oportunidad a los hombres de ser quienes se acerquen e inicien el cortejo, solo hay... Nada.

Soy torpe en el ítem "cortejo amoroso" pues no sé coquetear. Juro que no he intentado pero siento que no soy yo, me da risa, me enredo y el fracaso llega. Por eso me es sencillo decirle a un hombre cuanto me gusta. (Acá hay otro tema para escribir, para mí que alguien nos atraiga no significa mucho).

A lo largo de mis años, muchas personas e indiferente de su género, han cuestionado mi modus operandi, principalmente porque todavía se pretende que una mujer espere que el "hombre cazador, macho pecho peludo" tome la iniciativa y la verdad no estoy dispuesta a esperar tanto a satisfacer una necesidad tan básica como un buen polvo. Me parece que he de volver al ruedo, por último para bajar la temperatura.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Lecciones de desamor

- El amor dura lo que tiene que durar. Siempre soñé con una relación de pareja como la que tuvieron mis padres, quiénes  hasta el último día de vida de mi papá se demostraron el inmenso amor que entre ellos existía. Pero me di cuenta de que ellos son la excepción, no la regla.

- Se puede decir "te amo", mirando a las personas directo a los ojos y no sentir lo que se dice.

- Cuando uno está enamorado, se ciega. Nos volvemos incapaces de ver lo malo en quien elegimos como compañero/a y si, en algún momento logramos ver algo de eso, nos creemos lo suficientemente buenos para hacer que el otro cambie. Nadie cambia por un tercero.

- Existen hombres que confunden la calentura con el amor y existimos mujeres que sabemos reconocer que no son lo mismo y disfrutar de un polvo sin enamorarnos.

- No debo dedicar mis canciones favoritas a alguna pareja. No se las merece NADIE.

Visto desde afuera, suena muy despechado todo lo escrito, pero es lo que he sentido y no me hago la tonta con mis sentimientos, mas debo volver a bloquearlos hasta cerrar cómo es debido, cada herida de mi corazoncito. Por mientras...

"Por motivos de seguridad, este corazón queda temporalmente bloqueado".