domingo, 22 de julio de 2018

En mi cabeza

Despues de una crisis o un momento dificil, siempre es sano darse un tiempo para uno. La reflexión acerca de las cosas que debemos mejorar para llevar una vida más saludable tanto en lo físico como en lo emociona,  es necesaria.

Para una persona como yo, de personalidad introvertida, casi invisible, la soledad es algo que se busca casi a diario. Puedo estar rodeada de gente a la que quiero muchísimo, pero me siento más cómoda estando sola. Esto ha sido un tema complejo de manejar para mi familia o gente cercana porque suelen creer que no los quiero o me molesta compartir y disfrutar de su compañía: nada más alejado de la realidad, solo que tengo la fortuna de que los demonios que habitan en mi cabeza y yo nos llevamos muy bien.

Eso no quiere decir que en el último tiempo no he necesitado contención y apoyo emocional (un abracito no le hace mal a nadie), pero me da por pensar que la gente ya tiene suficientes problemas propios como para que se preocupen por los míos. Y es así como me voy guardando todo, luego exploto (casi siempre en un mal momento) y vuelvo al inicio.

Maldición! Acabo de darme cuenta de que no sé cómo cortar ese círculo vicioso. No me hace bien, tampoco se qué hacer para detenerlo.

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