N°1: Un sábado de mayo, iba camino a entrenar. Había tenido una semana agotadora y era temprano así que no me acompañaba mi mejor cara. Un flaco con cara de venir llegando del carrete me mira fijamente, durante mucho rato; entre la música que escuchaba y mi sueño, decidí no tomarlo en cuenta.
Se acerca de a poco y me pongo nerviosa. Me hace señas para que me saque los audífonos y me dijo algo así:
"Oye, al principio pensé que eras hombre, pero un hombre 'encachao'. Después me di cuenta de que eres mujer y eres muy bonita y es inquietante que me gustes tanto de hombre como de mujer..."
En ese punto, agradecí llegar a mi estación de destino y bajarme para no seguir escuchando. Hasta hoy, me acuerdo y me dan escalofríos.
N°2: Esto pasó hoy.
Tomo el metro para volver a mi casa, me voy al final del carro para no molestar a la gente que baja y sube. Se me acerca una mujer, más o menos de mi edad y el diálogo fue algo así:
Ella: Disculpa, quiero preguntarte una cosita.
Yo: Dígame.
Ella: ¿Siempre te vistes así?
Yo: ¿Así, cómo?
Ella: ¡Así po! De negro. ¿Eres gótica, te crees qué?
(En este momento me entró el demonio, pero traté de no ser maleducada)
Yo: ¿Usted conoce a Johnny Cash?
Ella: No...
Yo: Le cuento. Johnny Cash era un cantante de country, conocido como el "hombre de negro", supongo que entenderá por qué. Y estoy segura de que a él no le preguntaban huevadas.
Ella me mira, se pone roja y se aleja de mí. Yo suspiro y me pregunto si acaso tengo un imán para que me pasen este tipo de cosas. Hay muchas historias más.
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