Todavía recuerdo esa mañana de domingo, después de una noche intensa de sexo como hace mucho tiempo no experimentaba. Esa mañana me vi en el espejo y me vi radiante.
Los ojos brillantes y enormes, la piel con un ligero rubor, los labios gruesos de tantos besos apasionados. El reflejo me mostró una mujer bella, que proyectaba una fantasía. Hasta el momento no recuerdo haberme visto de esa forma y no he vuelto a sentirme así. Solo bastó una noche. Solo una.
¿Qué hubo de diferente esa noche, esa mañana? ¿Por qué el espejo me mostró a esa mujer, que era yo pero me costó reconocer? ¿Por qué no ocurrió antes? ¿Por qué no se ha repetido? Las preguntas no abandonan mi cabeza mas debo dejarlas ahí, sin respuesta.
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