Durante el día, no lograba sacarle de mis pensamientos. Recordaba a cada momento esos breves instantes en que estuvimos juntos y me sentía... Diferente. En una noche, hizo que me cuestionara todo lo que creí sentir hasta ese minuto. Solo le tomó unas horas para darme lo que creí que no volvería a tener.
Mientras caminaba, lo vi de lejos. Es de esas personas que es imposible que pasen desapercibidos. Miles de pensamientos cruzaron por mi cabeza. "Háblale", "míralo", "dale una sonrisa", mientras mi corazón latía en forma violenta. Solo pude agachar la cabeza y pretender que no estaba allí. Hasta ahora me pregunto por qué lo hice. Todavía no encuentro la respuesta. Solo me queda esta sensación de tristeza que no se quiere ir de mi lado.
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