Cuesta volver a tomar las riendas de la vida después de una crisis. Al menos a mí me ha sido muy complicado.
Tomar los pedazos de autoestima tirados por ahí, tratar de sentirme bien con mi virtudes y defectos, me ha tomado mucho tiempo, en especial porque yo me he tratado muy mal. He sido una gran saboteadora de mis posibles progresos en eso de "tirar pa' arriba". Hasta he llegado a ser cruel conmigo y eso, a todas luces, no es bueno. Desde un "No te compres eso, se te va a ver muy mal", hasta un "¡Pa' qué vas a seguir estudiando, si a fin de año vas a quedar sin pega!".
Es por eso que me volví más introvertida, más temerosa y menos jugada de lo que soy comúnmente. Para muestra, un botón: Hace unos meses estaba la exposición de Andy Warhol en en Centro Cultural La Moneda y yo me moría de ganas de ir. No fui porque no quería ir sola pero tampoco le pedí a nadie que me acompañara por el susto a que me dijeran que NO. Hace un año atrás esto no habría pasado.
Es necesario que vuelva a tratarme con cariño, es importante volver a quererme, es imperante salirme de este hoyo que yo misma creé. Tal vez tomará más tiempo aun, pero no puedo, no debo rendirme.
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