Debe ser que mi periodo de crisis no ha cesado del todo, pero en los últimos días me he visto pensando en mi presente y futuro.
Me encanta lo que elegí como profesión: ser docente me ha dado muchas satisfacciones y me ha servido para descubrir partes de mí que nunca imaginé que tenía y estaban ahí, escondidas. En general, los niños han sido muy dulces conmigo. Siento que ese sentimiento es genuino y es recíproco, pero ¿Esto es todo? ¿Toda mi vida haré solo esto?
No me veo a los 50 o 60 años en aula. Tengo colegas de más de 65 años, están haciendo clases y no puedo imaginarme en las mismas que ellas. De pensarlo, siento frustración. Tampoco quiere decir que llegue y tome determinaciones en forma precipitada. No sería capaz.
Siendo franca, nunca he tenido claro cuales son mis habilidades/capacidades/talentos (inseguridad pura). Por otro lado, cuando decidí estudiar en educación superior ni me cuestioné. Sentí muy natural el hecho de estudiar pedagogía pues en mi época de estudiante de enseñanza media ayudé a estudiar a muchos compañeros de curso y les sirvió mi ayuda. Pero ahora me siento muy diferente a la persona que tomó esa decisión.
Tal vez sea solo una etapa, algo temporal... no lo sé con certeza.
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